The Whale - Reseña
Esta película desde un principio nos plantea la idea de un cuerpo repugnante y con ansias de acabar. Un cuerpo que no puede soportar la inmensidad de su historia, una en la cual ser sincero era sinónimo de escapar.
El mundo que se nos plantea es un apartamento apestoso y una religión obsesionada con la salvación ya que anuncian la llegada de un fin.
Estancado en la orilla The Whale no tiene buenas noticias, de repente un contador, un almanaque sin números comienza a aparecer en las escenas. Entonces la historia comienza a vibrar, el principio del fin ya se anunció. Una esperanza salada surge, una que ya se nos había sido presentada pero si no te quedas hasta el final no lo sabrías.
La realidad es que este filme podría haber tenido varios desenlaces “milagrosos”, están ahí en completa transparencia como una mano que el protagonista decide ignorar. Por suerte lo hizo ya que se hubiera perdido lo real y lo real es una pesada carga. Todos sufrimos, todos herimos y sobre todo, nos preocupamos. El dolor es parte de encontrarse, cuando vemos a alguien que sufre, somos capaces de reflejarnos y posicionarnos en ese lugar, entendernos. El cuidar del otro puede ser un trabajo difícil porque si no se está fuerte ese cuidado se convierte en un descuido. La vista es enceguecida por la búsqueda de un culpable y ese culpable no es más que uno mismo. Ser sincero nos purifica, nos lava como el agua.
Aceptar es lo que me deja esta película, aceptar el dolor de un futuro que nosotros sin un manual de instrucciones ni un guía, vamos construyendo de a poco en nuestro presente. Aceptar que la ola del mar azote mis pies desnudos con frialdad para luego, acariciarlos con humildad.