Para el yo que alguna vez fui

 ¿Me estas reclamando a mi?

Porque yo solo soy con vos lo que verdaderamente hay dentro de mi. Cuando me pedís que te escuche, en realidad estas pidiendo mi opinión. Cuando me pedís mi opinión en realidad pedís que te escuche. Tantas veces has hecho el juego de pedir por arriba de la mesa la sal y por debajo el azúcar que empieza a confundirme. Suelo tener claras mis ideas pero cuando me reclamas aparece un desencuentro entre nosotros. Yo no entiendo cual es tu verdadero problema, me dices que quieres la sal pero no es para salar la comida, es porque la quieres al lado de tu plato como una compañía.

¿Soy yo la que no entiende o sos vos el que no desea entenderme? Quizás tengo que ser menos yo pero eso nos destruiría, la torre de nuestra relación de apoco se esta derrumbando y, parece ser cuestión de tiempo para que se vuelva inhabitable por completo. 

En resumen: Yo te veo y te aprecio, te llevo en mi corazón como una canción de amor pero pareciera que no alcanza con ello.

 Los días se amontonan, las cosas se olvidan y uno cambia en este camino que es la vida. De esa que fui aprendí y reconocí, entendí y deje ir. Trato de transmitirte la sabiduría que se aloja en mi pecho de fuego en una manera en la que ambos estemos a gusto pero no deseas eso, tu gran deseo no es conmigo pues yo ya no te reflejo. No puedo usar tus zapatos, no puedo cargar tu piedra y no puedo usar tu piel. Puedo acompañarte con los colores y pinceles que llevo aquí. Un color celeste para la esperanza y un color marrón para la templanza. Puedo abrazarte y quererte pero no me pidas que cambie mi manera de ver por ti. Yo te pido disculpas, me arrodillo y te suplico que entiendas que, lo que te diferencia de mi es lo que a su vez te hace necesario aquí. Admito que alguna vez me enoje y admito que yo también rechace una parte de ti pero nunca rechace tu forma de ser ni tu existir. 

Lo magico es dar